Muchas veces nos preguntáis por la acidez del aceite, si tenemos aceite sin filtrar, si nuestro aceite es de primera prensada, etc.
Afortunadamente, el interés por el Aceite de Oliva Virgen Extra en nuestro país está creciendo. Sin embargo, aún hay mucho desconocimiento sobre este producto, y nosotras, vamos a intentar ayudaros a conocerlo en profundidad 😍
Pero al turrón, ¿Sí o No?
No olvidemos que el aceite de oliva es un zumo de aceitunas, y como cualquier otro zumo recién exprimido, el zumo de aceitunas contiene impurezas. Éstas son principalmente partículas de agua, piel, pulpa y hueso procedentes directamente del fruto.
El aceite de oliva virgen extra se extrae directamente de la masa de las aceitunas trituradas, que pasan en primer lugar por una centrifugadora horizontal que separa los sólidos (pulpa, hueso y piel) y después normalmente en una centrifugadora vertical que separa los líquidos (aceite y agua). A pesar de ser centrifugado dos veces, siempre quedan impurezas en el zumo, que con el paso del tiempo se van decantando de forma totalmente natural.
Un aceite que no está filtrado, mantiene esas partículas en suspensión, e irán deteriorando el aceite progresivamente. Por tanto, el aceite virgen extra irá perdiendo propiedades, tanto organolépticas (es decir, los compuestos químicos que son beneficiosos para el organismo) como de sabor, color y olor.
Es más, si este aceite sin filtrar no se consume de forma inmediata y se protege con mayor cuidado de la luz, el agua y el aire, se deteriorará muy rápido y se oxidará, apareciendo un sabor incluso a rancio.
Por tanto, la respuesta es un rotundo SI
A continuación, se enumeran algunos de los beneficios del aceite de oliva virgen extra filtrado en comparación con el aceite sin filtrar:
- Mayor durabilidad: el aceite de oliva virgen extra filtrado tiene una mayor estabilidad y una vida útil más larga, ya que la filtración ayuda a eliminar impurezas y sedimentos que pueden acelerar su oxidación.
- Mayor claridad: al eliminar impurezas y sedimentos, la filtración produce un aceite más claro y brillante, lo que lo hace más atractivo visualmente.
- Sabor más suave: el aceite de oliva virgen extra sin filtrar puede contener pequeñas partículas de fruta y residuos que le dan un sabor más intenso y amargo. La filtración elimina estas partículas, lo que produce un aceite más suave y equilibrado.
- Mayor versatilidad culinaria: debido a su sabor más suave, el aceite de oliva virgen extra filtrado es ideal para utilizar en crudo sobre todos los cosecha temprana, para cocinar y freír, ya que su sabor potenciará el resto de materias primas. Además, al no tener sedimentos, es más adecuado para su uso en recetas que requieren una textura suave y uniforme.
En resumen, el aceite de oliva virgen extra filtrado ofrece una mayor durabilidad, claridad, suavidad y versatilidad culinaria en comparación con el aceite sin filtrar.
Otra razón por la que el aceite de oliva virgen extra filtrado puede ser preferible al aceite sin filtrar es que, al eliminar impurezas y partículas, se reduce la posibilidad de que se produzcan depósitos en el fondo de la botella. Estos depósitos pueden ser desagradables a la vista y, y además deterioran la calidad del aceite. Al tener un aceite de oliva virgen extra filtrado, es menos probable que se formen depósitos, lo que significa que la botella seguirá siendo atractiva y el aceite se conservará intacto durante más tiempo.